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Empresas y autónomos: recaudadores de impuestos.

Por Carlos J. Cuadrado (Abogado-Gerente de Innovanza Asesores)

Debemos diferenciar con claridad lo que supone el pago de impuestos por nuestros beneficios y rendimientos en Sociedades e IRPF, de aquellos como el IVA y las retenciones del IRPF practicadas a terceros. ¿Cómo es posible que sin estar preparados ni pagados nos tengamos que hacer cargo de una función antes exclusiva de los funcionarios del Estado?

Hagamos pues varias reflexiones que nos puedan conducir a entender este dilema sobre el que todos nos preguntamos sin hallar respuestas.

Los recaudadores de impuestos profesionales.

Conocemos muchos detalles sobre diversas civilizaciones a través de datos que han llegado a nosotros de escribanos, en tablillas y sellos (Mesopotamia), o bien en libros y legajos.

Los recaudadores o publicanos (así llamados desde la antigüedad) no eran personajes -como parece lógico- apreciados. Todo lo contrario, los judíos que trabajaban cono recaudadores eran los parias de la sociedad. En toda época han sido tratados como traidores y ladrones, no solo por la impopularidad de los impuestos sino por la corrupción que aparejaba en muchas ocasiones este trabajo.

El Apóstol Mateo fue recaudador para Herodes Antipas. Cervantes lo fue entre 1594 y 1597, cuestión que le condujo a la cárcel acusado de irregularidades en las cuentas que llevaba, al quebrar el banco donde depositaba lo recaudado. A pesar de ser personajes respetados en su época, esa profesión nunca ha sido reconocida como noble.

Esos grandes desconocidos y vilipendiados tantas veces, los contables, han sido el baluarte y pilar fundamental del Estado moderno. (Ver nuestro artículo sobre los contables). A pesar de sus esfuerzos por controlar con honradez las cuentas del Estado, es cierto que se han producido abusos y enriquecimientos ilícitos, pero era el Estado quien debía controlar esta función, y no siempre con fortuna. ¿Alguien podría explicar si no las fortunas inmensas acaparadas por numerosos “nobles” en toda época y lugar?

En la actualidad existen empresas que trabajan para las administraciones locales efectuando este trabajo y el resto se liquida por empresas y particulares haciendo las veces de recaudadores.

El cambio de sistema en el siglo XX.

Se establecen dos sistemas impositivos: los que gravan de forma directa las rentas obtenidas y los indirectos. No es motivo de este articulo explicar los fundamentos teóricos de nuestro sistema impositivo, que es muy complejo y diverso, sino adentrarnos en la formula recaudatoria que nos parece totalmente injusta y rechazable.

Veamos:

  • El Estado impone leyes fiscales que obligan a las empresas a convertirse en recaudadores de forma gratuita. Es la nueva fórmula que ahorra al Estado muchos recursos. Pero no debe ser a costa sólo de las empresas.
  • ¿Alguien nos puede decir las bonificaciones por la labor de retener el IRPF en las nóminas, en facturas de profesionales o en alquileres de locales? ¿y por la cuota obrera retenida en las nóminas e ingresada en los seguros sociales? Por supuesto que ninguna. Se paga a contables y asesorías por los trabajos realizados por empresas para el Estado.
  • ¿Acaso existe alguna compensación por convertirnos en los recaudadores finales del IVA? Al contrario, La Ley General Tributaria establece sanciones durísimas por la falta de ingreso, por el retraso del mismo, por los errores o por la falta de información. Se pone en nuestras manos dinero que no es nuestro para que gestionemos su recaudación sin fundamento lógico alguno.
  • ¿No es verdad que el Estado se ha dotado de un poderoso sistema de recaudación ejecutiva para castigar de forma contundente y excesiva a los que no ingresan en plazo? Se sanciona sin contemplaciones con recargos e intereses cada vez que se sobrepasa la fecha de ingreso. Las empresas no disponen de un mecanismo para no disponer del dinero recaudado. Se deberían establecer cuentas de banco indisponibles para retenciones e IVA.
  • ¿Cuál es el motivo real de que debamos pagar “a cuenta” de IRPF y Sociedades? Porque no es de recibo que las administraciones públicas no sepan gestionar los impuestos en el espacio de un año. Otros países anglosajones así lo hacen. Financiar al Estado no está bien, si este dispone de otros mecanismos como la deuda pública para hacerlo. Se debería pagar según los rendimientos anuales y una sola vez. Más sencillo y utilizando menos recursos.
  • ¿Es justo que se produzca la descapitalización o la falta de liquidez de las empresas por tener la obligación de realizar pagos a cuenta de unos beneficios inciertos? No sirve el argumento de que la administración te devuelve lo ingresado de más, porque mientras tanto la empresa debe acudir a financiación ajena o propia para seguir adelante, con el consiguiente coste financiero. No se puede pagar a cuenta de forma no proporcional. Los autónomos deberían disponer de una tabla de retenciones similar a los trabajadores por cuenta ajena
  • ¿Por qué el Estado debe devolver todos los años miles de millones de euros a contribuyentes por el IRPF, sin intereses? El poderoso sistema fiscal debería ajustar mucho más las retenciones, que en muchos casos como en los autónomos son excesivas. Los intereses tenían que pagarse desde el mismo momento de presentar la declaración.
  • ¿No es cierto que existen artículos del Código Penal que derivan responsabilidades muy duras sobre administradores societarios y autónomos por la “apropiación indebida” y delito fiscal de las retenciones del IRPF o del IVA cuando se superan ciertos límites? No es justo poner en nuestras manos de forma obligatoria unos dineros que son ajenos y castigar penalmente su uso indebido sin existir enriquecimiento injusto, ni animo de delinquir, ni acción dolosa. Una obligación formal, que te constituye en un “funcionario temporal” no debe llevar implícita una responsabilidad penal.
  • ¿El legislador regula los aplazamientos de impuestos por la mala conciencia del Estado? ¿Cuál es el motivo entonces por el que se permite el pago aplazado de una apropiación indebida? Si hemos recaudado dinero para el Estado, este no debe aplicar paños calientes, salvo que se entienda que es una situación injusta y tolerable. Por tanto, no parece que el sistema impositivo cuente con valores y motivos muy poderosos para imponer una situación a todas luces abusiva.
  • ¿Existe acaso por parte de la administración un sistema de preparación y formación para empresas y autónomos que les habilite para su función recaudatoria? Si existe, pero no se arregla con la frase típica y tópica de:”el desconocimiento de la Ley no exime de su cumplimiento”. Esto no es presentable. Nuestro sistema fiscal es complejo, extenso, con mucha inseguridad jurídica por los cambios permanentes en sus normas y con una doctrina cambiante. Si ya es difícil la profesión de asesor fiscal, para el empresario es inasumible ponerse a la altura, sin recibir de la administración una formación previa, unas pautas y reglas que le acrediten como recaudador.

 

Disponemos de muchas normas para regular un sistema que no funciona adecuadamente. No es proporcional, no es equitativo ni equilibrado. Se pretende ejemplificar con una represión fiscal excesiva e inadecuada que solo llega a las Pymes y no a los paraísos fiscales creados por los propios estados, ni a las grandes empresas ni a la economía sumergida. Ahí si se esconden los grandes fraudes que los estados por cobardía no se atreven a controlar.

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