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Hablemos de las pensiones en serio.

Por Carlos J. Cuadrado (Abogado y Socio-fundador de Innovanza Asesores)

Desde hace varios años se viene cuestionando nuestro sistema de pensiones. Se han analizado las diversas variables que determinarán y condicionarán las pensiones futuras. La demografía, las menores bases de cotización generadas con los nuevos contratos precarios, la mayor expectativa de vida, el acceso tardío al mundo laboral de los jóvenes y la congelación de las pensiones, entre otras. Todo ello hace un coctel de difícil digestión y solución.

 

ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN ACTUAL.

  • La demografía. Sin duda que es un factor principal en el contexto actual. Los millennials llegarán a su jubilación dentro de entre 30 y 50 años. Hacer una previsión a tan largo plazo parece algo imposible. Son la generación tecnológica y la que todos pensamos que podrá resolver las actuales dificultades. Ahora se jubila la generación 3, o sea la de tres hermanos. Pero dentro de 50 años llegará la de 2 hermanos y moderará el número de jubilados. No obstante se producirá, si las previsiones no fallan, una expectativa de vida de más de 100 años, con lo que se cobrarán más años de pensión y compensará el dato anterior. Lo peor de todo es que, para mantener esas pensiones caminamos hacia un empate técnico entre el número de cotizantes y el número de pensionistas. Y eso será insostenible. Ahora estamos en dos cotizantes por cada pensionista. La cifra ideal es de tres cotizantes por cada pensionista.

 

  • Las bases de cotización. En los últimos 10 años las bases se han reducido y la tendencia no parece que vaya a variar al alza. Existe un sistema de reparto que no es equitativo, pero que es solidario. Quien cotiza por una base máxima en 2018 de 3.751,20 €, no cobra la pensión con la cantidad de esa base, porque existen topes. Para 2018, la pensión máxima son 2.580,13 € por 14 pagas. Pero también existen beneficios para los cotizantes en la máxima, pues todo salario que supere esa base queda exento. Ahora la realidad es muy compleja, pues uno de los puntos del próximo retoque al “Pacto de Toledo”, será la ampliación al cómputo total de las bases de toda la vida laboral para el cálculo de la pensión. Ahora está en 25 años, efectivos para 2025.

 

  • Nuestro actual sistema de reparto. Lo que se gana ahora tiene una relación directa con el gasto corriente, es decir, familia, hipoteca, gastos vivienda, etc. Como pensionistas, el gasto será inferior sin duda, y se establecen máximos para no quebrar un principio de equidad. No podemos pretender bajar cotizaciones sociales y subir las pensiones máximas. Los equilibrios ya han saltado por los aires, agotando la hucha generada en los últimos 20 años. No obstante, es verdad que el “Pacto de Toledo” dibujó un modelo de reparto que no se está cumpliendo al congelar las máximas e incrementar las mínimas. Podrá ser solidario, pero es injusto, pues el esfuerzo desigual de los cotizantes no guarda reflejo en sus pensiones.

 

  • Los costes del actual sistema. En 2017, se han pagado pensiones por valor de 123.000 millones de euros, lo que supone un incremento del 3% sobre el año 2016. En los últimos 10 años se ha producido una subida progresiva en el coste total. Al menos dos factores han provocado esta variable. Primero, el incremento del número de pensionistas, que en diciembre de 2017 ha sido ya de 9.580.000, y en segundo lugar la llegada de cotizantes con bases altas de los años de bonanza, es decir, del 1998 al 2008. La cifra récord del gasto mensual ascendió en ese mes a 8.881 millones de euros.

 

EXPECTATIVAS Y SOLUCIONES PARA EL FUTURO.

  • Los sistemas complementarios actuales. Los planes privados llevan funcionando muchos años y de forma irregular, compitiendo con el sistema público, con la amenaza velada y dudas de que las pensiones del Estado no se cobrarían. Esto ha desnaturalizado algo la fórmula. El Real Decreto Legislativo 1/2002, de 29 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de Regulación de los Planes y Fondos de Pensiones, y la Ley 26/2014, regulan el actual sistema, haciendo más flexibles las causas de rescate, pero más duras las fórmulas de cobro, desapareciendo la exención del 40% a partir de lo aportado desde 2007. Este ahorro se puede capitalizar a través de gestores privados que lo invierten con la rentabilidad acordada en cada plan. Existe una deducción en el IRPF por las aportaciones de hasta 8.000 €/año, según el tipo marginal y el volumen de la aportación.

 

  • Sistemas mixtos de otros países europeos. Precisamente para evitar que el sistema colapse, cuando las cotizaciones de los trabajadores en activo no sean capaces de sufragar el coste de las pensiones, el sistema mixto propone una capitalización mediante la que el dinero aportado por las cotizaciones sociales de cada uno, se invierte por el Estado y las revierte a la jubilación con la capitalización que corresponda, es decir, con sus intereses y otras variables temporales. Es más equitativo y justo. Este método requiere un control continuado por parte de órganos independientes que velen por su fiabilidad.

 

  • Sistema denominado nocional. Los países nórdicos usan esta fórmula. Se puede elegir la edad de jubilación, cobrando el dinero acumulado de tus cotizaciones, como en el sistema mixto. Pero deben realizarse varios cálculos para ajustar el importe en función de la expectativa de vida al jubilarse, y los años que falten para la jubilación legal. El resultado final es la pensión que te corresponderá. Esta alternativa es más ponderada.

 

REFLEXIONES FINALES.

Cualquiera de las soluciones expresadas pueden ser válidas para el futuro con el fin de consolidar un sistema de pensiones más justo, equilibrado, equitativo y garantista que el actual.

Nuestro sistema público de pensiones debe mantenerse pero controlando los desequilibrios y creando nuevas fórmulas que sean asequibles para las rentas medias y bajas. Lo que nos cuentan los especialistas es que de seguir con la formula actual, las pensiones serán cada año más bajas.

La edad de jubilación subirá pero de forma voluntaria, si se siguen con la actuales cotizaciones por jornadas reducidas y accediendo al mercado laboral más allá de los 30 años. No existirá por ello hasta más allá de la edad de 70 años, la suficiente historia laboral para poder acceder a una pensión decente.

El sistema de capitalización bien regulado ofrece las garantías necesarias para su expansión.

Deben mejorarse los incentivos fiscales. Y es necesario activar políticas que generen confianza en la población en activo.

 

En INNOVANZA ASESORES disponemos de un asesoramiento altamente cualificado, para analizar los diversos factores que intervienen en el cálculo de nuestra pensión ideal. Para ello, realizamos un estudio pormenorizado sobre patrimonio, inversiones, seguros, rentas y planes de ahorro para generar una optimización de los mismos, proponiendo los ajustes y los cambios que puedan conducir a la situación elegida. Consúltenos sin compromiso.

Innovanza Asesores

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