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El dinero no es miedoso

Por Carlos Cuadrado (Abogado-Gerente de Innovanza Asesores)

Todos los expertos financieros, politólogos, periodistas nos dicen continuamente la coletilla de que: “ el dinero es miedoso”. Yo afirmo que no es verdad, que es una falacia de las muchas que a fuerza de repetirla, parece cierta.

Debemos hacernos muchas preguntas antes de determinar el miedo que los titulares del dinero pueden tener a la hora de invertirlo o depositarlo. ¿Si la procedencia es lícita y lo invertimos en economía productiva el riesgo es alto? El riesgo es que nuestros propios controles no hayan sido correctos. ¿Y si la procedencia no es lícita? Entonces hablamos de delincuencia y eso es otra cosa. Para esto disponemos de la Ley de Blanqueo que es muy rigurosa. Puede ser que la procedencia sea de economía sumergida y entonces se trata de negocios no declarados, pero que se podrían legalizar.

Bien, aclaradas las distintas posibilidades más habituales que existen de disposición del dinero, debemos preguntarnos: ¿Por qué las Pymes, que creamos el 82% del empleo y que generamos el 78% del PIB, no tenemos miedo a invertir en nuestros negocios? Pues es sencilla la respuesta: porque confiamos en nuestra empresa, en nuestro país y en nuestras propias fuerzas. Y también por valentía.

Y el dinero depositado en bancos por ahorradores, ¿si se presta con las debidas garantías en lugar de invertirlo en mercados especulativos de alto riesgo, donde estaría el miedo? Lo hemos visto, los impagados en los bancos han llegado al 10%, una cifra descomunal para el sector, precisamente por la falta de los controles y garantías en préstamos a sectores en crisis.

Porque, ¿dónde estaba el miedo cuando empresas y miles de particulares invirtieron sus ahorros en productos tóxicos, a veces es verdad que con engaño, a través de los intermediarios llamados “chiringuitos financieros”, como Gescartera, Fórum Filatélico, etc.? Los dineros acabaron en paraísos fiscales donde se les perdió la pista arruinando la vida de miles de personas. La no necesidad de controles oficiales facilitó las estafas.

Y cuando muchos millones de personas arriesgan su dinero en innumerables apuestas y juegos de azar, a veces de forma temeraria, sobre todo en casinos y de forma ilegal en timbas, ¿Dónde está el miedo a perderlo todo?

Otras veces, cuando el dinero era muy accesible y los bancos lo prestaban para que después se invirtiera en bolsa o en productos del propio banco, incluyendo sus propias acciones, ¿Dónde estaba el miedo a perder una buena parte con la crisis bancaria o con el alto riesgo de la bolsa? No tenemos respuesta, dado que quien prestaba corría mucho riesgo y quien luego lo invertía también, pero no tenían miedo.

Cuando los bancos con la llegada de la crisis cerraron el grifo a los préstamos fáciles, y muchas empresas y particulares acudieron a los prestamistas privados, ¿Dónde estaba el riesgo para esos prestamistas? Porque es verdad q ue se pedían y piden garantías reales (hipotecas sobre bienes inmuebles) y a intereses abusivos, pero el dinero ha fluido con normalidad.

Podríamos seguir con otros ejemplos, pero nos vamos ahora a centrar en nuestras propias respuestas y reflexiones, a saber:

Sucede que el miedo no lo tiene el dinero cuando se pretenden obtener intereses abusivos o rentabilidades especulativas exageradas. Es decir, ganar mucho en poco tiempo. Ya, en esos casos se ha dejado la patria de lado, los intereses colectivos de lado, la decencia de lado, cometiendo atropellos que atentan contra la dignidad y contra el patrimonio de muchos miles de personas que con buena fe, aportaron garantías y ahorros para que muchas entidades financieras, chiringuitos y usureros se enriquecieran con el mínimo esfuerzo y sin escrúpulos.

Tampoco parece que tenga miedo el dinero cuando se invierte en la economía sumergida, que recordemos supone un 25% de nuestro PIB y un fraude de 85.000 millones de euros cada año en impuestos para el fisco.

Debemos sacar pues una clara conclusión: si el dinero obtiene una altísima rentabilidad o no paga impuestos, entonces no tiene miedo.

De lo contrario, se invierte en deuda pública para pagar el déficit del Estado y si procede de economía sumergida se deposita en paraísos fiscales opacos para la Hacienda Pública. Es decir, en dos opciones poco rentables, pero muy seguras.

Por tanto, el motivo principal que debe tener el dinero que es la creación de riqueza, se queda en último lugar sin ningún tipo de reserva.

Quizás deberíamos pensar en soluciones más imaginativas que pudieran perseguir el fraude de forma muy eficaz. Noruega ha dado el paso al eliminar prácticamente el dinero efectivo. Su economía sumergida ha bajado al 2,5%. En España se ha dado un paso aún insuficiente, prohibiendo las operaciones de pagos en efectivo por encima de 1000 €.

Quizás en lugar de ofrecer a los bancos vía loterías y juegos de azar, miles de millones de euros cada año, como dinero fácil y barato que obtienen con los depósitos de los premiados (pagan depósitos a largo plazo al máximo del 1% y prestan el dinero al consumo al 8%), debería la Hacienda Pública eximir del impuesto del 20% a las loterías y apuestas del Estado a la parte de estos premios que se invirtiera en economía productiva. Y los premios que provengan de apuestas no estatales, eximir en un 20% su gravamen siempre que se inviertan de la misma forma en negocios productivos. No olvidemos que la banca tiene límites a la petición de dinero al BCE y al interbancario, pero no lo tiene a los depósitos de los particulares.

Está muy bien –y por eso jugamos- ganar premios con una mínima apuesta, pero es la sociedad en su conjunto quien paga a los premiados con una parte. Otra parte se la queda el Estado. Por ello, es ética y moralmente correcto que una parte de esos premios se reinvierta en su bienestar. Y es el Estado quien debe colaborar en esa tarea y no pensar solamente en recaudar.

Estos argumentos, ideas y reflexiones las hacemos desde la perspectiva de crear conciencia y generar valor añadido a nuestra misión como asesores fiscales, que no es otra que lograr que nuestros clientes dispongan de buena información, para rentabilizar sus empresas y su dinero de la forma más segura posible.

Innovanza Asesores

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